En los
tiempos que corren en todo el país y en particular en nuestra entidad, de cara
a una elección o prueba más de fuego para la clase en el poder, que se apoltrona en la exacción, impunidad,
desgobierno, inoperancia y discriminación rayana en el desprecio, se hace imperiosa la lectura de
los grandes pensadores de la ciencia política. Uno de ellos, el Dr. Hermann
Heller, politólogo y jurista alemán,
quien en su famosa Teoría del Estado,
pone de relieve la importancia estratégica que el tema reviste y dice : “la
función del Estado consiste en la organización y activación autónomas de la
cooperación social-territorial, fundada en la necesidad histórica de un status
vivendi común que armonice todas las oposiciones de intereses dentro de una
zona geográfica, la cual, en tanto no exista un Estado mundial aparece
delimitada por otros grupos territoriales de dominación, de naturaleza
semejante”.
Por su
parte, San Agustín sostiene que la justicia es dar a cada quien lo suyo y
asegurar la paz, que es el fin supremo de todo Estado. A esto debo añadir lo que el escritor
Bertrand Russell afirma: los fines del Estado son tres: Seguridad, Justicia y
la Conservación… Lo anterior viene a
cuento por las declaraciones risibles y descabelladas que algunos políticos
suelen aventarse para distraer la atención de los ciudadanos. Y es que el actual gobernador de Michoacán,
Fausto Vallejo Figueroa, para muchos analistas
el polichinela del comisionado para la Seguridad y el Desarrollo
Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, señaló que la entidad que
presuntamente gobierna es hoy más segura que estados como México, Jalisco,
Tamaulipas, Veracruz y Morelos.
El
“mandatario” reconoce que la seguridad en su estado la maneja totalmente la
Federación, entonces… ¿para qué sirve él, que no ha cumplido con su labor
constitucional ni garantiza la convivencia pacífica de sus conciudadanos, menos
aún, hablemos de que legitima su presencia en la estructura de gobierno? Está claro que si no brinda las mínimas
condiciones de bienestar y paz, su presencia es menos que decorativa. Yo no sé de dónde saca esas conclusiones
temerarias. Lo cierto y objetivo es que ninguna de esas entidades ha podido ni
podrá dar una respuesta efectiva y suficientemente razonable para frenar el
flagelo del crimen organizado.
A propósito,
nuestro Estado sigue viviendo la calamitosa situación que es inherente a estos
grupos delicuenciales y al tenor de los tiempos, todo parece indicar que
seguirá afectando el turismo y la inversión productiva, lo que a la larga desmejorará
las condiciones sociales y la calidad de vida de los tamaulipecos. Muchos columnistas piden ya la intervención
del presidente Enrique Peña Nieto, pues consideran que el Estado es fallido a
todas luces, no obstante, habrá que esperar los tiempos… no electorales, claro.
Por último,
caben las preguntas básicas: ¿Estas entidades cumplirán con su deber
constitucional en los próximos meses? ¿están trabajando verdaderamente para los
ciudadanos o son parte del problema? ¿Puede más mis chicharrones truenan, que
solicitar apoyo a la Federación? ¿Pedir el apoyo supondría debilitar su
escasísimo poder de maniobra, como sucede en Michoacán? ¿Adónde va a parar
Tamaulipas con esta situación? ¿La clase política que hoy detenta el poder
omnímodo podrá compartirlo en aras del interés público?
Eso lo
veremos.
@ArmandoBerrones