lunes, 29 de octubre de 2012

ALARGAN CORRUPCIÓN




La clase política de Tamaulipas debe estar más tranquila con respecto a la Ley General de Contabilidad Gubernamental,  ya que según un experto en la materia, su aprobación tiene algunas irregularidades.
 Señala el titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), Juan Manuel Portal, que para hacerla efectiva es fundamental una aplicación informática de la cual carecen 80 por ciento de los municipios del país, esto es, que resulta virtualmente imposible en este momento esté vigente, porque requiérese  personal capacitado y el material técnico. Se trata, claro está, de que se establezca la homologación en los sistemas contables y fiscalización del país, asunto que no se ve a mediano plazo cristalizado.
Añade el experto que las alcaldías “no cuentan con recursos ni personal capacitado, llegar a tener (la información financiera) en tiempo real y en línea será bastante complicado”.
Lo expuesto es bueno para muchos que están en la fiesta sorda por llevarse lo que se pueda, en el año de Hidalgo, porque queda poco tiempo para dejar el cargo; hay pendientes como las cuentas públicas de varios alcaldes que tienen un cochinero y que saquearon en forma despiadada e ilimitada el erario. Ejemplos saltan a la vista: Oscar Pérez Inguanzo, Erick Silva, Ramón Garza Barrios, Arturo Diez Gutiérrez, el mismo Benjamín Galván Gómez  de quien se dice que está siguiendo los pasos de su antecesor y la lista no acabaría, por lo que éstos, de la mentada Ley no se deben preocupar, ya que los munícipes actuales le darán largas al asunto con eso de la contratación de gente alfabetizada en esos menesteres.
 Lo peor del caso es que si se trata de dilaciones, hay que decir que se necesita también que se apruebe una ley general sobre el Sistema Nacional de Fiscalización a fin de que exista una coordinación entre la ASF, la Secretaría de la Función Pública (SFP), contralorías estatales y entidades fiscalizadoras.
Así las cosas, si en verdad queremos alcanzar un nivel de transparencia digno de aplauso se necesita más que eso, se hace indispensable acabar con la discrecionalidad, la cual abunda, pues sólo el 28 por ciento de los municipios del país difunde la información pública en relación a sus ingresos y egresos, en acato y observancia estricta de la ley.  Los demás tienen a sus incondicionales para evadir la rendición de cuentas amparados en el patrocinio de sus amigos políticos.
La corrupción a todo lo que da.  Bien dicen por ahí que la lealtad de la burocracia hacia los funcionarios públicos es inversamente proporcional al lugar que ocupan en la nómina.





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