Hace tiempo
leí por ahí una frase que muestra con meridiana claridad lo que todo gobierno
debe cumplir si se quiere legitimar ante sus gobernados, si quiere tener un
ápice de cordura, pero sobre todo, dar resultados concretos y no de
ornamentación.
Decía el
gran estratega militar y gobernante francés Napoléon Bonaparte que “ Si el
crimen y los delitos crecen, es evidencia de que la miseria va en aumento y de
que la sociedad está mal gobernada”.
Excelsas palabras que me remiten a considerar qué está pasando al
interior del gobierno estatal, pues las
cifras de hechos delictivos no descienden, por el contrario, amenazan con
dispararse. Los últimos reportes de las instancias recabadores de los delitos
están más que claras, por ejemplo, la Secretaría de Seguridad Pública Federal
da cuenta de que en Tamaulipas se viene presentando una inercia delictiva
incontenible, que por más acciones que se realizan, ésta no puede ser
disminuida en intensidad. Ya no hablemos de los caídos recientemente en el
municipio de Padilla y dejemos de lado, también la balacera que se registró en
Matamoros.
La
Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública a través de su
equipo de comunicación, han dado a conocer las estadísticas que ponen a la
entidad como una de las más violentas, sin embargo, llama la atención que como
todo mundo sabe la espiral criminal tiene que ver con el tráfico de
estupefacientes, en Tamaulipas nadie presenta denuncias.
Mire usted:
“En 12 estados del país que son considerados por las autoridades federales como
centros de operación de los cárteles, se registraron sólo seis denuncias por
tráfico de drogas y 18 por suministro de estupefacientes durante los primeros
siete meses de 2012.
De acuerdo
con un informe estadístico, que se elabora a partir de averiguaciones previas
iniciadas por estas modalidades de delitos contra la salud, se revela el bajo
nivel de denuncias que hay por esas modalidades de narcotráfico.
Añade que “Durante
los primeros siete meses del año, por tráfico de drogas sólo hay tres casos en
Chihuahua, e igual número en Michoacán. Mientras que no hay una sola
averiguación por ese delito en Guerrero, Jalisco, Estado de México, Morelos,
Nuevo León, Sinaloa, Tamaulipas, Baja California, Veracruz, y San Luis Potosí,
entidad esta última que en los últimos días ha sido escenario de ejecuciones
por la disputa del territorio entre criminales.
¿Qué opina,
dilecto lector?
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