Por Armando Berrones
Tras la parafernalia, el jolgorio y las pasarelas “corcholateras” en la capital del estado para ser testigos del nuevo gobierno de Tamaulipas que encabezará el Dr. Américo Villarreal Anaya del 2022-2028, hay diversas aristas y sobre todo, comentarios al calce que me propongo hacer porque tal parece que lo que viene es una suerte de remedo amloísta abstruso, pues este escribiente y otros lo hemos ponderado así, con la atingencia adecuada y sin ser “paleros” de nadie y menos gacetilleros convenencieros que pretenden presuntas dádivas del presupuesto destinado para la comunicación social del nuevo inquilino del palacio estatal.
He leído algunos comentarios excelentes y ajenos a un interés particular y estos más bien se orientan a definir con algo de esperanza, ojalá que no sea inútil, lo que nos espera a los tamaulipecos, puesto que quienes conocemos algo de aguacates estamos convencidos de que esto es una infamia más.
El día que el TEPJF dio su sospechosísima y crematística sentencia, por unanimidad, de que en las elecciones de Tamaulipas no hubo intervención de las células del crimen organizado, el que esto escribe casi se fue de bruces contra el suelo, pues es una gigantesca necedad y mentira, porque si algo caracteriza a la entidad en todo el mundo es la divisa narcótica. No hay ciudadano en la república mexicana que no nos relacione con un lugar de exterminio(La Bartolina, verbigracia). Tampoco podemos descartar que los grupos delicuenciales ya no se enseñorean del estado.
Las acusaciones en ambos sentidos que campean en la opinión pública no solo con el grupo político que entra, sino también del que sale- quien por cierto debe ser traído de los aparejos (Cabeza de Vaca) para que responda por todos los estropicios que cometió durante su mandato- eso es lo que se espera, sin embargo, me remito a una frase de un experto periodista en temas de narcotráfico al ver la asunción del poder de Américo: “ Es el cambio de una mafia por otra”. Sin duda, contundente esa aseveración que comparto, a menos que el nuevo gobierno estatal haga algo para modificar la concepción que tengo desde antes de empezar el periodo eleccionario.
Al gobernador saliente le dijeron desde el palacio nacional: Entregas el estado y te vas…!!! Tu familia tendrá impunidad y podrás estar tranquilo. A las pruebas me remito, querido lector... que no sea pura demagogia...
Con respecto a este nuevo gobierno, lo examino a partir de dos excelentes aspectos que son eventualmente reveladores: no hay mucho que esperar. El objetivo era el poder por el poder, a costa de lo que fuera, ya que es fecha que nadie ha dado una explicación convincente y real de sus ligas con el huachicol, con los negocios del difunto Sergio Carmona… testimonios, fotos, declaraciones abundan sobre el tema y en la actualidad tal parece que es y debe estar olvidado.
En el segundo punto, cabe precisar que hay algo peor aún en el gabinete recientemente nombrado... aparecen personajes de mala reputación, carentes de perfil académico y profesional para desempeñar su cargo, aviadores en la UAT, priistas renegados, la izquierda ausente... ahh un ribete de nepotismo y por supuesto el pago de favores políticos, por decir lo menos. No hay decencia ni ciencia, se le apuesta al olvido y a jugar al tío Lolo… como decía una lectora amiga… “siguen jugando con nosotros su juego, como si fuéramos descerebrados, todos están metidos en el fango criminal… Unos más, otros menos”.
Termino mi comentario con esta lapidaria...
“Para corromper a un individuo basta con enseñarle a llamar «derechos» a sus anhelos personales y «abusos» a los derechos de los demás” .
Gilbert Keith Chesterton
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