Muchas veces
lo he dicho con absoluto convencimiento, una certeza que me da el entender o
casi interpretar las variables económicas más importantes que tiene este país.
A México le esperan momentos mucho más complicados. La clase política no
entiende que la vida económica de los ciudadanos patentiza un deterioro constante.
Ante esto, sin embargo, no son pocos los que se atreven a señalar que todo
marcha bien, que los beneficios de las reformas sustanciales, que fueron
aprobadas por el Congreso de la Unión, se verán a mediano y largo plazo.
Empero, los organismos
ajenos al oficialismo, sostienen con datos duros, estadísticos que el panorama no es el
deseable, sobre todo en el primer trimestre del año.
Veamos: para
la mayoría de los expertos y analistas la economía muestra signos de debilidad
y poco crecimiento.
Aseguran que
todo ello es derivado de la inadecuada política gubernamental propiciada
particularmente por la Reforma Hacendaria que lejos de beneficiar al aparato
productivo, lo ha dañado miserablemente.
“Es
indudable que una de las razones por las que no estamos creciendo y que las
expectativas no se van a cumplir tiene que ver con que, además, la Reforma
Fiscal también fue equivocada: no solamente no estimuló la inversión sino que
castiga el gasto en inversión real y especulativa”, opinó Luis Foncerrada
Pascal, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Añade un
punto que me parece de suma trascendencia al explicar que no hay crecimiento
económico porque el sistema fiscal es opresivo y desalienta el consumo y la
inversión, que dicho sea de paso, son puntales que lo impulsan. Y es que… ¿cómo
se puede lograr las metas económicas, si se castiga al empresario con una losa
tributaria desorbitada? Ya no se diga a los pepenadores y empresas
recolectoras… que eso es otro cuento.
“La Reforma
Hacendaria, lo que provocó es una importante reducción en el ingreso disponible
de las familias y de las empresas por el incremento en ISR y por los otros en
alimentos y bebidas más los incrementos en gasolina y gas que redujeron el
poder adquisitivo”, agrega el (CEESP).
Es más, el
propio Steve Forbes, presidente y director de Forbes Media, lo dijo con
claridad: la economía mexicana tiene un desempeño pobre,
además de que la receta fiscal “es una barrera para el crecimiento económico”.
Vale la pena
recordar que el buen funcionamiento de la
economía obedece a la capacidad de ahorro e inversión de un país, no
obstante con el incremento al ISR del 31 al 35 por ciento paulatinamente, el
aumento del IVA al 16 por ciento y sin dejar de lado, la espiral inflacionaria
que sigue haciendo añicos los escuálidos ingresos de la gran mayoría de los
mexicanos, poco o nada se puede lograr…ahhh y no se olvide la inseguridad
incontrolable que persiste.
¡Ni como
ayudarlos!
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