La
conferencia impartida por el Doctor Ricardo Uvalle Berrones ayer en presencia
de las autoridades del Colegio de Tamaulipas (COLTAM) y la Universidad Autónoma
de Tamaulipas (UAT) resultó muy ad hoc a los tiempos y a las tendencias
mundiales en materia moral.
Invitado por
ambas instituciones educativas, el experto en Administración Pública dio cuenta
de sus vastísimos conocimientos sobre la Ética y Transparencia en el Servicio
Público”. En su ponencia sostuvo que
existe una relación íntima entre el ejercicio profesional y el manejo de los
recursos públicos, los cuales merecen una atención prioritaria, en virtud de
las constantes prácticas fraudulentas y rayanas en la corrupción
institucionalizada.
Veamos que
mencionó al respecto, el académico:
“El vínculo
entre ética y transparencia, son ampliamente complementarios porque son la
oportunidad que podemos tener en una sociedad llamada democrática, de conocer
muy de cerca el modo de funcionar, de administrar recursos y tomar decisiones
que involucran a la sociedad civil. Todo aquello que sea autoridad, está
obligada a informar y rendir cuentas sobre el destino, el modo y la práctica en
que lleva a cabo lo que llamaríamos la administración y la gobernación de la
sociedad”.
Inteligentes como notables sus conceptos, no obstante, quienes
detentan un coto de poder, independientemente del tamaño y los dineros, no
piensan en estos términos, pues está más que visto y documentado que esas
palabras son prescindibles en su accionar. Ejemplos de corrupción y venalidad
sobran.
Tamaulipas
es uno de los estados más corruptos y desobligados en torno a la rendición de
cuentas. Ningún funcionario en sus cabales se le ocurriría dar a conocer lo que
hace con el dinero público, antes bien, buscaría seguir birlándolo y que la
gente continúe padeciendo hambre e ingratitud de las instituciones encargadas
de proveer los satisfactores más elementales. Lo que importa es llenar las
alforjas de dinero, argumentando que se hace obra pública y se implementan
programas sociales encuadrados en supuestas políticas públicas. La realidad no
miente, las autoridades maquillan y se solazan en supuestamente ayudar al
semejante. Es un cuento atrozmente cruel e interminable.
No debemos
dejar a un lado esa máxima en la política, del maestro del hampa y el cinismo, el
llamado profesor Carlos Hank González, “un político pobre es un pobre
político”. O ésta que también es de alto valor “moral”: Enriquécete y
Vencerás”.
Abrigo la
esperanza de que verdaderamente la ética-- que es una rama de la filosofía que se ocupa del estudio racional de
la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir--, se aplicara en
nuestra entidad, empero, creo que para ello habría que realizar un sacudimiento
cultural y revolucionario que desprograme el chip maquiavélico de muchos
funcionarios públicos que sólo ven el asalto al gobierno para la depredación
infinita.
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@ArmandoBerrones