martes, 25 de febrero de 2014

LA ÉTICA COMO BRÚJULA



La conferencia impartida por el Doctor Ricardo Uvalle Berrones ayer en presencia de las autoridades del Colegio de Tamaulipas (COLTAM) y la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) resultó muy ad hoc a los tiempos y a las tendencias mundiales en materia moral.

Invitado por ambas instituciones educativas, el experto en Administración Pública dio cuenta de sus vastísimos conocimientos sobre la Ética y Transparencia en el Servicio Público”.  En su ponencia sostuvo que existe una relación íntima entre el ejercicio profesional y el manejo de los recursos públicos, los cuales merecen una atención prioritaria, en virtud de las constantes prácticas fraudulentas y rayanas en la corrupción institucionalizada.

Veamos que mencionó al respecto, el académico:
“El vínculo entre ética y transparencia, son ampliamente complementarios porque son la oportunidad que podemos tener en una sociedad llamada democrática, de conocer muy de cerca el modo de funcionar, de administrar recursos y tomar decisiones que involucran a la sociedad civil. Todo aquello que sea autoridad, está obligada a informar y rendir cuentas sobre el destino, el modo y la práctica en que lleva a cabo lo que llamaríamos la administración y la gobernación de la sociedad”. 

Inteligentes como notables sus conceptos, no obstante, quienes detentan un coto de poder, independientemente del tamaño y los dineros, no piensan en estos términos, pues está más que visto y documentado que esas palabras son prescindibles en su accionar. Ejemplos de corrupción y venalidad sobran.

Tamaulipas es uno de los estados más corruptos y desobligados en torno a la rendición de cuentas. Ningún funcionario en sus cabales se le ocurriría dar a conocer lo que hace con el dinero público, antes bien, buscaría seguir birlándolo y que la gente continúe padeciendo hambre e ingratitud de las instituciones encargadas de proveer los satisfactores más elementales. Lo que importa es llenar las alforjas de dinero, argumentando que se hace obra pública y se implementan programas sociales encuadrados en supuestas políticas públicas. La realidad no miente, las autoridades maquillan y se solazan en supuestamente ayudar al semejante. Es un cuento atrozmente cruel e interminable.

No debemos dejar a un lado esa máxima en la política, del maestro del hampa y el cinismo, el llamado profesor Carlos Hank González, “un político pobre es un pobre político”. O ésta que también es de alto valor “moral”: Enriquécete y Vencerás”.

Abrigo la esperanza de que verdaderamente la ética-- que es una rama de la filosofía que se ocupa del estudio racional de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir--, se aplicara en nuestra entidad, empero, creo que para ello habría que realizar un sacudimiento cultural y revolucionario que desprograme el chip maquiavélico de muchos funcionarios públicos que sólo ven el asalto al gobierno para la depredación infinita.

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@ArmandoBerrones






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