Las 16
mantas que se vieron ayer en la ciudad de Matamoros, las cuales medían de poco
más de cinco metros de ancho y seis de largo y que fueron colocadas en los
puentes peatonales de la avenida Lauro Villar, el bulevar Manuel Cavazos Lerma,
la avenida Pedro Cárdenas y la carretera al Sendero Nacional, constituyen un
signo inequívoco de la crisis que vive el PRI, pues en ellas se acusa
directamente al gobernador del Estado, Egidio Torre Cantú de ser el principal responsable
del fracaso electoral.
Tras la
estulta, ridícula y desastrosa derrota que tuvieron el pasado 1 de julio ante
las huestes panistas, los grupos inconformes se han hecho presentes con
diversas mantas, que palabras más, palabras menos, dicen así: Los mensajes firmados por "Yo sí soy
priista de corazón" acusan también a Carlos Morris Torre, director de
Finanzas del PRI y sobrino del Mandatario, de operar en contra del partido.
"Somos
priistas (...) Pero nos pusieron a trabajar (...) Pero nos la jugaron mal
nuestros gobernantes aun así nosotros nunca votamos por Josefina, tenemos
pruebas del fraude fue Carlos Morris Torre, sobrino del Gobernador y de
Finanzas del PRI quien personalmente nos dio dinero y la instrucción la hizo en
todo el estado y queremos una explicación Egidio Torre, del por qué negoció con
Calderón", señala una de las colocadas afuera de las instalaciones del
Hospital de Zona del ISSSTE.
“No fue
casualidad todo lo planearon para fragmentar el voto. Ya basta de imposiciones,
Egidio está saliendo peor que Tomás y Eugenio. No nada más perdió la elección,
está perdiendo Tamaulipas".
Los mensajes
que líneas arriba se ofrecen no son más que un oprobio que duele a quienes sí
creen en el tricolor, que siempre han visto por su posicionamiento, que están
entregados a las tareas del partido, al menos eso es lo que este humilde
columnista observa. Hay resentimiento, coraje, agravio entre la clase política.
No pueden aceptar bajo ningún criterio que se haya perdido el otrora bastión
tricolor.
Habría que
esperar lo que tienen que decir los responsables de esta debacle, porque no hay
forma de contener tanto llanto.
A propósito,
¿el gobernador del estado es jefe de partido o servidor público de los
tamaulipecos?
Defínase,
por favor…
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