Comentaba
ayer que las huestes priistas se perfilaban como potenciales ganadores en los
siguientes comicios, toda vez que tendrán el aparato de estado, los recursos y
el apoyo omnímodo del centro y es que ya no querrán ser sujetos de mofa y
escarnio de sus enemigos, los panistas, quienes el año pasado les dieron una
repasata mayúscula que ni se la esperaban .
Sin tratar
de caer en el aplauso chayotero, sino más bien en el análisis prospectivo,
diría que se están dando las bases para recomponer al partido, sus operadores
políticos deben estar trabajando a gran velocidad, pues los tiempos señalan que
a partir del 15 de febrero y hasta el 20 de marzo, las distintas fuerzas
partidistas deberán llevar a cabo sus precampañas en aras de elegir a sus
precandidatos y posteriormente a sus abanderados para los 43 municipios de la
entidad, las 22 diputaciones locales y las 14 de representación proporcional.
El PRI le apostará a todo para conseguir el
reposicionamiento del partido, ya que en mucho ayudará la gestión del primer
mandatario y desde luego, la presencia en los Pinos del mexiquense Enrique Peña
Nieto.
Sin embargo,
no deben cantar victoria, porque los panistas si llegan a acuerdos de trabajo y
privilegian la unidad, podrían estar peleando buenas posiciones al tricolor.
Por lo pronto, los del movimiento Antorchista están amagándolo y exigiéndole
mayor atención a las demandas sociales, al punto de que si no se acercan sus
candidatos al pueblo y dan respuestas puntuales a sus perentorias necesidades
de empleo, salud y educación, el PRI no contará con los 25 mil votos de sus
agremiados.
Sostienen a
través de su dirigente Carlos Martínez Leal que no habrá apoyo al partido a
menos que demuestren que están en sintonía directa con ellos .
“Es conocido
de todo mundo, Antorcha es una organización priista, sin embargo, eso no quiere
decir que habrá un voto totalmente directo, estamos exigiendo que se atiendan
los problemas de los ciudadanos”, refiere el líder.
ESCORRENTÍAS
En relación
con las promesas incumplidas que jugarán un papel preponderante en las próximas
elecciones, cabe hacer un apunte de un experto en la psicología humana
estadounidense, quien creó la llamada Teoría de la Disonancia Cognoscitiva.
Se trata de Leon Festinger, quien expone con
gran tino lo que es: Incongruencia entre el pensar y el actuar.
Esto es lo
que los políticos tamaulipecos, de cualquier filia, no deben olvidar: hay que
cumplir lo que se promete, hacer lo que se piensa y actuar siempre en beneficio
de los ciudadanos. De otra suerte, la sociedad civil se los demandará con
creces y mostrará su descontento en las urnas.