Veamos
que dijo a la sazón el titular de Bucareli: “el Estado restablecerá las
condiciones de paz y tranquilidad en la entidad y las tareas a desarrollar
estarán en tres ejes: desarticular la composición y la organización de las
bandas delictivas; sellar la ruta del tráfico ilícito de personas, sustancias,
armas y dinero; y garantizar instituciones locales eficientes y confiables”.
Añadió
que “se divide en cuatro zonas a Tamaulipas mismas que quedarán cargo de mandos especiales de las Secretarías
de Defensa Nacional y Marina Armada de México y estas son: Frontera, Costa,
Centro y Sur”.
Dijo
que “se instalarán cuatro fiscalías especiales para recibir y atender
denuncias; fortalecer la coordinación con los otros órdenes de gobierno,
redoblar vigilancia en aeropuertos, puertos, aduanas y puntos
fronterizos”. De todo ello uno se
pregunta, ¿qué han estado haciendo entonces en estos años los detentadores del
poder? ¿Por qué esperar a que la ayuda venga de la Federación y no actuar ipso
facto para atender el reclamo social? ¿Quiénes son los responsables de evaluar
a los futuros elementos policiales, a los Acreditables, si han resultado
inadecuados, por no decir otra palabra para el trabajo asignado? El redoblar la
vigilancia, el crear Fiscalías, la depuración policiaca, no aporta mucho a la resolución del problema,
antes bien, lo enrarece puesto que es de dominio público que la ley es
selectiva, huidiza y nadie la cumple. Ejemplos abundan y encolerizan a
cualquiera.
¿En qué pensó el titular de la Segob para ir a
Tamaulipas… en regionalizar el problema para darle solución y obtener un
excelente resultado y hacer gala de la técnica de Jack, el destripador: “ voy por partes”? ¿Creerá que con ello
logrará reducir los índices de violencia en la entidad? ¿O acaso llegó para
solicitarle al gobernador Egidio Torre su dimisión o sumisión para recibir a un
comisionado? Porque está claro que en Los Pinos su accionar al frente del
Estado es considerado errático, omiso e insulso y no se ve por donde pueda con
su alto cargo conferido y si no, pregúntenle a las familias cuyos hijos e hijas
han desaparecido y que nadie las atiende. Incluso, hay quienes afirman que existe la
presunción de que tiene algunas querencias con las bandas organizadas, porque
no atinan a explicarse el poco interés en acabar con esta situación. Desde luego, quienes acusan, están obligados a
probar a cabalidad.
El
tiempo pondrá las cosas en su lugar, sin embargo, en mi humilde opinión esa
estrategia es más atole con el dedo, pues las acciones contra la criminalidad hasta
ahora sólo han sido golpes mediáticos, endebles, carentes de efectividad. Puro vender espejitos y exclamar “aquí no pasa
nada”… y a la vera del camino la tendalera de fiambres irreconocibles. ¡Ahh… y ahí vienen las explosiones… de gas!
@armandoberrones