ARMANDO BERRONES
En una disquisición de largo alcance, desprovista de apasionamientos, intereses y especialmente como una reflexión tengo la sensación genuina de lo que está pasando en nuestra entidad. Es reiterar lo que comenté en mi anterior columna Papamoscas y Retrecheros. Las huestes abiertamente encubiertas del actual gobierno estatal están enseñoreándose aún más de los centros de poder. Los Tribunales están invadidos de cabecistas, el Congreso es genuflexo y obsecuente a lo que dicte y ordene y por más que quieran disimular, están amarrados de las manos vía los vetos y desde luego, sin la mayoría calificada. La Fiscalía, la Auditoría Superior del Estado y otras instancias de impartición de justicia están acaparadas por gente que le rinde pleitesía al titular del Ejecutivo. El bastión huachicolero y criminal, amén de los depredadores de siempre no hacen más que bajar la testuz ante las indicaciones para seguir el libreto sin reparos.
Observo cómo todo se ajusta a las astucias y ordenamientos desde el 15 Juárez. No veo mayor avance del que se supone debería mostrar, esto es, una capacidad extraordinaria de confrontación, de liderazgo, de propuestas inteligentes y direccionadas a los finos entresijos del poder. Por el contrario, sólo veo un aguado, tibio, balín discurso cuyo impacto social y político es a todas luces anodino. El grupo de Morena, que hasta hace unos meses tenía enormes posibilidades de revertir todo esto, comenzando por el congreso, de forma hábil y mañosa fue controlado por el mandamás en el estado. No veo quién tenga la clarividencia para ejercer el contrapeso real y vigoroso. Están pasmados, la oposición es una caricatura de Disney, entiéndase, Morena y sus oportunistas desvergonzados.
No hay mucho que hacer, salvo que de buenas a primeras el precandidato único Américo Villarreal Anaya fuera enfermado, torpedeado por los propios inconformes, desengañados, resueltos a todo con tal de vender caro su amor al mejor postor lo bajaran de la contienda, lo cual se antoja complicado, sobre todo porque tiene la mano firme del propio dirigente nacional de Morena, Mario Delgado. El asunto, bien mirado, no barrunta cambios y sí, por supuesto, una encarnizada disputa entre los subgrupos y fuerzas internas que lo llevarán eventualmente a ruptura absoluta e irreconciliablemente mediática, lo que dará señales inequívocas de su pasto canibalesco a los electores el próximo 5 de junio. Esta fórmula de divide et impera no aplica en este menester, por lo que el fracaso está más que cantado.
Por lo demás, veo que el representante de la Alianza por Tamaulipas, César “El Truco” Verástegui, junto a los otros partidos satélites, PRI y PRD, está aplicando la filosofía de sumar, no restar y hace amarres con otros grupos menospreciados por el sentimiento de que “la tienen ganada”, cuando ni siquiera han hecho maldita la cosa!!!
El creer absurdamente que colgarse de la divisa de AMLO y sus ocurrencias peregrinas e infames: “no mentir, no traicionar, no robar” le van a dar sustento a una victoria electoral es un monumental error. Se necesita más que eso.
Termino con esta frase: Das schlimmste gefühl ist nicht zu wissen ob man warten oder aufgaben soll. (El peor sentimiento es no saber si esperar o rendirse).
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@ArmandoBerrones