No hace mucho tiempo comentábamos la noticia de que en el sindicato nacional de Trabajadores de la Educación en Tamaulipas, la nómina está plagada de maestros que no trabajan, que están en comisiones inventadas y que cada quincena pasan por sus emolumentos sin ningún rubor ni remordimientos de conciencia. Fue tal el escándalo que el secretario de Educación, Diódoro Guerra atajó el punto y dijo que se investigarían los casos hasta agotar las instancias, por lo que estaré al pendiente de que en efecto se haga justicia y se castigue a los responsables de tales irregularidades. Está claro que el meter a la nómina al compadre, al amigo, al compinche, genera mucha lealtad, pero también es cierto que los recursos no son muy abundantes como para despilfarrarlos. Más aún, cuando hay gente que sigue esperando alguna oportunidad de trabajo.
La nueva en torno a este espinoso asunto es que sale otro “funcionario fantasma”, de nombre Juan Héctor Ortega Suárez, pero ahora en la secretaría de Salud. Este servidor público despacha desde Matamoros y tiene a su cargo la salud mental de los tamaulipecos. Ojalá el secretario en el ramo, Norberto Treviño Zapata haga algo al respecto, porque eso de estar solapando a gente aviadora como que no está bien. Debe poner mayor atención a esas cosas que están sucediendo en la entidad y él ni se da por enterado.
Lo que me tiene intrigado es cómo le hará este funcionario radicado en aquella zona fronteriza para dar asesorías en el manejo de la inteligencia emocional y sus afines. Creo que precisamente por salud mental debiera dar una explicación coherente, asertiva y demostrar con creces que desempeña su labor y no es sólo un operador político encubierto. No hay que olvidar que nos encontramos en temporada electoral y por tanto, suena muy atractivo ir acarreando voluntades entre la clase política.
ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO
El secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, sostiene que ninguna economía en el mundo puede decir que está blindada o a prueba de balas, aunque asegura que la mexicana está en mejor posición para enfrentar el esquema de incertidumbre y turbulencia financiera que se presenta principalmente en Estados Unidos y Europa.
Insiste en que la economía del país está en una mejor posición, por lo que no existe ningún indicador que señale que puede haber una crisis económica en México como las que se generaban en el pasado.
Resalta que este año la economía nacional concluirá con un crecimiento de 4.3%, “y a lo mejor un poco más”.
Detalla que se tiene un nivel de deuda de 30 puntos del Producto Interno Bruto, de los niveles más bajos en economías comparables a la nuestra.
Es cierto lo que dice el secretario Cordero, pero lo que nos interesa a los mexicanos es que las cifras se vean en los bolsillos. Decir que vamos a crecer este año un 4.3 por ciento, no es suficiente ni admirable. Las grandes potencias crecen a tasas de 7 u 8 por ciento en su PIB.
El asunto aquí que se debe procurar es que ese mentado crecimiento sea grande y exponencialmente sostenido y que no sólo sea pirotecnia verbal triunfalista.
www.asesoriaeditorial.blogspot.com
@armandoberrones
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