martes, 5 de agosto de 2014

COLUDOS O RABONES


En el análisis de las virtudes que nos ofreció la clase política  en torno a la Reforma Hacendaria hay muchos cabos sueltos; por un lado se refiere que aportará significativos estímulos para la creación de empleos y al mismo tiempo, alentará las inversiones en infraestructura social y económica al contribuir los mexicanos de manera general y sostenida con las disposiciones en materia fiscal, que los recursos que de ahí se obtengan, serán canalizados aun para apoyar a las familias enteras y que se encuentren en ese momento desprotegidas por la falta de oportunidades laborales…  Todo ello suena bien y se aprecia extraordinario, sin embargo, por el lado opuesto, observamos que no todas las empresas o grupos están orientados a cumplir y hacer cumplir la ley reglamentaria, pues buscan evadir sus responsabilidades en detrimento del bienestar ciudadano.

No es legítimo ni digno de aplauso que el SAT haya detectado recientemente a un grupo de compañías que están expidiendo documentos falsos para obviar su obligación constitucional de pagar sus contribuciones para la aplicación del gasto público, que dicho sea de paso, sigue registrando subejercicios, sin que haya un inteligente que cuestione el por qué no se emplean los recursos de manera eficiente  y responsable.

No es dable, insisto,  desde ningún punto de vista que se justifique la falta de gasto, cuando se carece de lo elemental y la justicia social cada día es más distante. El problema de toda economía es generar la riqueza y a partir de este planteamiento buscar que se redistribuya; no obstante, los encargados de la hacienda pública no parecen inmutarse, antes bien, les importa más encontrar la forma de chuparle la sangre a los contribuyentes y dejar de lado la aplicación de la ley, con sus agravantes. 

Veamos qué empresas, de conformidad con Hacienda, han violentado la Ley:  “Estos contribuyentes son Grupo Bodebu, Ultraconstructora de México, Urbanizaciones Eficientes, Corporativo Bruvasa, Consorcio Fedvel, Consorcio Zeami, Grupo Gubamo, Grupo Isnos y Grupo Lodema”.   De acuerdo con los últimos reportes del organismo,  una vez valorada la información, documentación y argumentos aportados por estas empresas facturadoras, no desvirtuaron los hechos que se les imputaron, y por tanto, se actualiza definitivamente su situación, al determinarse que expiden facturas que amparan operaciones inexistentes.

La publicación en el Diario Oficial de la Federación  de este informe permite dilucidar el fraude fiscal descomunal que se está cometiendo a nuestro país, particularmente lesionando a las palancas de su propio desarrollo económico y social.  Me queda claro que si no se mete en cintura a estas empresas, será un excelente pretexto para que los grandes industriales largamente apapachados por Papá Gobierno continúen en su depredación concomitante con el grupo en el poder.

Espero como ciudadano que el Gobierno ponga atención a esto y no sólo a los pequeños contribuyentes que osan en su ignorancia a evadir impuestos. Que paguen los que más ganan, sin duda. Es necesario aún saber qué tipo de sanciones tendrán estas empresas, si es que las impondrán, porque el desacato a la ley es evidente y se agregan a las ocho que el SAT incluyó en el primer listado definitivo y que dio a conocer en página en Internet, el 1 de julio pasado.

No le vaya a ser al tío Lolo…

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