La clase
política de Tamaulipas vive en permanente
coloquio amoroso y ligado a la corrupción rampante y sonante. De acuerdo con
una investigación se ha descubierto que Francisco Hernández Hernández, director
de Estimaciones de la Subsecretaría de Infraestructura Social, dependiente de
la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, es quien se encarga de
pedir el diezmo a los constructores en el estado.
Los
denunciantes, quienes han pedido el anonimato a quien esto escribe, comentan
que esta persona, tiene más de 20 años de trabajar en el gobierno e incluso ha
estado en los últimos cuatro sexenios, esto es, desde Américo Villarreal
Guerra, Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández Flores y ha resultado
beneficiado con creces por sus excelentes habilidades para las relaciones
públicas y más aún, para establecer acciones ajenas a cualquier ojo
escrutor. Me informan que es el
apapachado de los gobiernos estatales y el que hace y deshace. Todos los
funcionarios saben que es una persona inamovible, pues a todos les ha servido.
También, me
han expresado que Héctor López Rosales es otro de los preferidos del régimen y
que fue un encargo del anterior secretario de Obras Públicas, Alberto Berlanga,
quien es requerido por la justicia estadounidense por presunto lavado de
dinero.
Ya ve,
querido lector, no terminan las machincuepas del gobierno y eso es que apenas
vamos por el segundo año, imagínese lo que se ve venir.
Estos
políticos no entienden que ya los ciudadanos tenemos memoria histórica, que el
avance de la tecnología nos ayuda a enterarnos de todo lo que durante decenios
quisieron ocultar. Deberán ser más inteligentes para el oficio de la rapiña y
buscar mejores prácticas para hacerlo invisible, porque ya no nos chupamos el
dedo.
Por cierto,
plantean que se investigue a la dirección general de Compras y Operaciones
Patrimoniales del gobierno del Estado, pues se siguen presentando serias
irregularidades con respecto a los proveedores, a quienes se les paga con un
cheque y les obligan a firmar otro… Si, por ejemplo, a uno le pagan 70 mil
pesos por algún servicio… Para quién irá ese estímulo..?
Son muchas
las personas que se me acercan para denunciar todas las tropelías de los
funcionarios. Ojalá las autoridades pongan un dique ya que se han vuelto muy
frecuentes y rayantes en el cinismo. Lo peor de todo esto es que su procacidad
es tal que se afanan en mostrarla, hacer fiesta de ella y actuar de manera
prepotente en contra de quienes simplemente cuestionamos su enriquecimiento
explicable.