Apenas la
semana anterior hablaba de la falta de transparencia en los procesos
administrativos del gobierno del estado, concretamente en lo que se refiere al
cumplimiento de la Ley General de Contabilidad Gubernamental, en donde
Tamaulipas ocupa uno de los últimos lugares a nivel nacional , pues carece de
los elementos fundamentales para el ejercicio de la rendición de cuentas; pues
ahora surge otro nuevo descalabro como lo es la investigación que realiza la
DEA en torno al ex gobernador Tomás Yarrington.
Esa pesquisa
que, de acuerdo con la publicación Emeequis,
lleva a cabo el gobierno de Estados Unidos, está deslizando la idea de que el
matamorense estuvo implicado en el homicidio del que fuera el candidato a la
gubernatura por el PRI, Rodolfo Torre Cantú. Habría que ver los alcances de la
investigación, sin embargo, es claro que la imagen de por sí manchada de
Tamaulipas, ahora se vuelve casi renegrida, porque, amable lector, donde quiera
que uno va y expresa que viene de la ciudad cuerera, de inmediato, lo acusan de
“gente de cuidado”.
El caso es
que Tamaulipas no deja de ser tema para la mofa y por desgracia, paralelamente,
los números en materia económica y turística muestran sus reales dimensiones,
por más que quieran maquillarlos.
Tan sólo
sería conveniente darse una vueltecita por la zona fronteriza del estado para
percatarse cómo los comercios han cerrado y la gente huido por la espiral de
violencia que no cesa.
Por si fuera poco, hay que añadirle que los
funcionarios estatales se olvidan de sus obligaciones legales, aduciendo tener
“vara alta” con los de más alto rango y con eso se evitan la pena de trabajar
por la seguridad ciudadana. O algo así como aquel personaje de la televisión:
“quiero evitar la fatiga”…
NI LICITACIONES NI PÚBLICAS
A propósito,
una investigación realizada por La Pista en cuanto a las licitaciones públicas
amañadas, ya tuvo eco en el diputado panista, Manglio Murillo, quien sin visos
de temor, señaló que la administración estatal beneficia a sus amigos y le
falta ética.
“Yo creo que
deberían de ser como se dicen, realmente públicas, en sobre cerrado y que se
abran en público, es uno de los vicios del actual sistema político
gubernamental que tenemos, o sea, es un secreto a voces de que la licitación
pública no es licitación, ni es pública, sino que todavía se beneficia a los
amigos, se beneficia o se hace negocios con algunos proveedores, lo cual no
solamente es falto de ética, sino se convierte hasta en un delito”.
Total, que
el estado sigue en el epicentro de la desvergüenza y brilla por sus trafiques y
corrupción; no así por su productividad, generación de empleos y prestigio. Las
variables económicas no son las mejores ni dignas de celebrar, antes bien, es
mejor ni hablar de ellas.
Twitter
@ArmandoBerrones
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