El escritor
español Enrique Jardier Poncela solía referir que “los políticos son como los
cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa”.
Muy cierta
esa afirmación pues cuántos conocemos que andan en estas lides, que prometen lo
indecible y después una vez sentados en la silla, las declaraciones festivas y
promisorias se evaporizan.
Sin duda que
el español, cuya obra está relacionada con el Teatro del Absurdo, conocía los avatares de la política, no
obstante a esto, habría que añadir que aun cuando lleguen a las instancias para
ejercer el poder, los ciudadanos tenemos el contrapoder, el que hace rememorar
los dichos durante las campañas y fuerzan a todo político a cumplirlos.
Los
ciudadanos, justamente en esta época electoral, tenemos la oportunidad de ser
los principales gestores de acciones en beneficio de la colectividad. No
podemos ser indiferentes a las arengas, a las propuestas, debemos, antes bien,
buscar que éstas tengan un contenido social, pero, sobre todo, que estén
impregnadas de un sentimiento solidario.
Si por
ejemplo, se dice que mejorarán las condiciones económicas del país, es
necesario estar al pendiente de que se logre, que haya empleos para todos, que
éstos se paguen suficientemente y desde luego, que la reforma laboral, que aún
no se, aprueba en el Congreso de la Unión, propicie la consecución de altos
niveles de bienestar. Lo mismo es para el tema de la seguridad. Si es
indispensable continuar en las reformas para potenciarlo, no se debe regatear
recursos.
Los
candidatos a la presidencia de México tanto Josefina Vázquez Mota, AMLO, Enrique
Peña Nieto y Gabriel Quadri han puesto su empeño y dedicación en mostrar las
áreas de oportunidad que se tienen y cómo aprovecharlas al máximo para que este
país logre un prestigioso y destacado papel en el concierto de las naciones.
Sin embargo, esos son sus buenos deseos, tenemos que ver si hay condiciones per
se para lograrlos. El mar de intereses es francamente limitante en diversas
formas.
Abrigo la
esperanza de que los políticos no nos cambien el programa una vez que se
sienten en sus nichos de poder y que en definitiva sí apliquen toda su
experiencia y sentido humano en sus acciones de gobierno. El pueblo tiene memoria y lo que digas ahora,
tarde que temprano se recordará: hay pruebas contundentes. “El presidente del
Empleo, voy a resolver el problema de Chiapas en 15 minutos; defenderé al peso
como un perro, Ya nos saquearon y no nos volverán a saquear y muchas más expresiones
de la imaginería política.