Por Armando Berrones
Corría el año de 1999, me encontraba en mi experiencia internacional en Texas, específicamente en Dallas, como coeditor de un periódico hispano, The Hispano News, no obstante daba seguimiento estricto a lo que sucedía en México con preeminencia en la política y economía, temas que abordo en mis columnas, fue cuando me enteró que el exdiputado federal Manuel Muñoz Rocha, quién estaba presuntamente involucrado en el asesinato de su homólogo José Francisco Ruiz Massieu en la Ciudad de México y hasta ese momento y ahora, lo consideraban un desaparecido, pues andaba huido en esa ciudad texana. Me explico...
Un amigo que trabajaba como investigador privado y oriundo del antiguo Distrito Federal me comentaba que había visto al desaparecido y que alertó al cónsul general de México en Texas
A la sazón y que éste sin empacho le espetó: “déjalo, tú no digas nada.” Y lógicamente, mi amigo prefirió guardar silencio y se dio la media vuelta... Ese nivel de impunidad, cinismo y conturbernio existía y sigue existiendo, pero ahora con diferentes colores.
Ahora cada vez que veo a su hijo, Manuel Muñoz Cano, quién encabeza la candidatura al Senado por el Partido Verde me asalta la razón la inquietante pregunta... ¿De qué se trata? ¿Qué parte de la parafernalia política juega y quiere jugar el representante verde?
El Tridente del Mal
No hay decencia ni límites cuando eres tocado por el poder estatal. La trinca que hace sus caprichos y lo que falta... Sigue en su irrefrenable carrera de alcanzar el poder absoluto, el que toma las decisiones más trascendentes en agravio de los tamaulipecos.
Para este agudo observador la presencia del hijo del actual gobernador, Américo Villarreal,
su junior, Américo Villarreal Santiago en eventos sociales sin ser funcionario de gobierno y no ostentando algún cargo público llama la atención, sobre todo si en ese trajín se utiliza dinero público, lo que configuraría un presunto delito.
Aunque el PAN en el estado ya hizo al parecer una denuncia de estos hechos, hay que esperar los tiempos y procedimientos legales que habrán de emprenderse. Esto es, hay 2 mandantes y una tercera persona en ristre. Adivine quién, dilecto lector. Así se las gastan en la política de la entidad.
Y huelga decir que entre las obsesiones mayores está revivir el rancio porrismo de la UAT al proponerse reinstalar, imponer y canonizar al médico Fernando Arizpe, quien tiene un negro historial merced al asesinato de un empleado que en aquel tiempo trabó amistad y noviazgo con la que era su esposa.
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