Lic. Armando Berrones
Con este artículo retomo mi labor como analista político y económico en este 2025 y de entrada tengo, amable lector, dos temas cuyo impacto en la vida social de nuestro país se comentarán a lo largo del año y debemos tener presente en todo momento.
La economía de nuestro país está estancada, petrificada y ya muestra señales de desaceleración y su rumbo no es nada grato para nadie. Me explico:
En diciembre del año pasado, se perdieron en México 405 mil empleos formales y en contraste se crearon 214 mil , cifra menor desde 2023. Estos son datos duros e incontrovertibles que el propio gobierno federal ha señalado. Tenemos además estancamiento del consumo, la posible pérdida del grado de inversión--- que de concretarse, nos llevaría a un retroceso de décadas y desolación---; el nearshoring ya virtualmente eliminado, el déficit fiscal del casi 6 por ciento del PIB, la amenaza constante del próximo presidente de EU, Donald Trump, de imponer aranceles a las exportaciones, las esperadas caravanas de migrantes, la deportación masiva de ilegales y por ende, la disminución de las remesas sin contar el enorme problema de salud pública que esto traerá consigo en un contexto recesivo.
Lo que requerimos para alcanzar un crecimiento económico, real, sustancial y consistente, ya lo he dicho hasta la saciedad, un mínimo de 8 por ciento ininterrumpido cada año como lo han logrado China y ahora como potencia emergente la India, con sus asegunes, pero ahí la lleva.
Dicho lo anterior es comprensible lo que dicen los analistas del sector económico, para este 2025 el crecimiento del PIB será del 1.2 por ciento y el 2026 prevén un 1.6 por ciento. Datos que esbozan con meridiana claridad que el país está en serios aprietos.
Si la política económica no cambia seguiremos en la quinta chilla... y solo procurando que los recursos para los adultos mayores y los ninis no falten, pues son la carne de cañón, los activos clientelares y los que contribuyen con su voto y huevonada a sostener un sistema político mediocre e incompetente.
SER NINI ES CÓMODO ¿NO?
El próximo 1 de febrero los llamados “ninis” que están insertos en el programa Construyendo el Futuro, de 18 a 29 años podrán cobrar para “ayudarse” la nada despreciable cantidad de 8 mil 480 pesos por mes a fin de que estudien y sean personas de bien; en contraste los adultos mayores solo recibirán los 6 mil, más 200 pesos que se le agregaron a sus apoyos.
La pregunta obligada es: no será más prudente apoyar a los de la juventud acumulada que a los ninis, dado que requieren de mayores dineros para su propia supervivencia, sobre todo, las medicinas cuyos costos son estratosféricos.
En fin, cuando no hay sustancia, caletre, ni cómo ayudarlos!!!
armando_berrones@yahoo.com.mx