lunes, 21 de abril de 2014

LA VIOLENCIA DEL ESTADO


Entre las múltiples aportaciones al pensamiento jurídico, económico y político del historiador y sociólogo alemán Max Weber,  hay algunas que se encuadran con absoluta precisión al tejido social del país.

Cómo olvidar uno de sus textos cuyo nombre fue La ciencia como vocación, la política como vocación, en la cual el autor puso el dedo en la llaga, al definir al Estado como una entidad que detenta el monopolio de la violencia y los métodos de coacción, lo que a la postre, hay que decirlo,  motivó profundos ensayos y disquisiciones en la ciencia política de Occidente.   Pues bien, su corriente de pensamiento cobra hoy  gran significado por lo que se discutirá en los próximos días en el Senado: los derechos de los ciudadanos en materia de información y particularmente, el uso del internet, que de aprobarse la reforma en Telecomunicaciones, limitará al ciudadano  en su libertad de expresión.

Rasgos verdaderamente innegables de un retroceso en materia política y de derechos humanos, con lo que la clase en el poder recuperará su perfil autoritario e inmaculado, inaccesible, perpetuando con el ello el inmanente desprecio por la sociedad pensante y academicista.
E s de gran relevancia estar al pendiente de lo que sucede en el tema, pues equivaldría a tolerar la imposición una vez más del grupo en el poder en agravio del pueblo que se muestra impotente ante tantas injusticias. Si se aprueba, habría que enjuiciar a cada senador y diputado por su descompromiso con la libertad, la paz y el avance democrático en el país.

Reitero, esto sería verdaderamente un retroceso, una involución y virtualmente se cortaría de tajo con cualquier manifestación social legítima y contestataria, provista de argumentación… no, salvaje ni aborricada. El internet se ha convertido en un instrumento de expresión extraordinario para señalar pifias al poder y a los vividores de éste, por lo que no se puede bajo ningún pretexto constreñir su uso para efectos aplaudidores. Ya basta de farsas y simulación.

Termino mi comentario con una frase más del teutón:
“El político debe tener amor apasionado por su causa, ética de su responsabilidad y mesura en sus actuaciones”.  ¿Estas cualidades las tendrán nuestros politicastros? Yo tengo mis dudas y… ¿usted qué opina, dilecto amigo, que lee estas líneas?

@ArmandoBerrones

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