Tras las múltiples e inanes razones
para negar que nuestra economía se encontraba en el camino a una recesión por
parte de las autoridades hacendarias, finalmente hoy se dio a conocer lo que se
temía: La economía mexicana ya está en recesión, de acuerdo con los datos duros
que ofrece el Sistema de Indicadores Cíclicos (SIC) que publica de manera
mensual el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Este indicador describe el desempeño
de la economía en un mes dado y mostró en junio un nivel de 99.8916, el tercero
por debajo del 100 que describe la tendencia de largo plazo y el décimo segundo
con una tendencia a la baja.
Vale decir que se cumplió con los dos
trimestres consecutivos de baja actividad económica, lo que supone
eventualmente un panorama mucho peor, si tomamos en cuenta que se requieren
recursos para atender la emergencia social provocada por las intensas lluvias
que afectaron a 24 estados del país, especialmente a Guerrero.
Hay que decir que los niveles de empleo e inversión en México no se moverán a con tendencia positiva, ya que la Reforma Hacendaria que aún se discute en el nicho parlamentario no tiene muchos elementos de juicio que permitan inferir que se trabaja por el bienestar de los ciudadanos de este país.
El Gobierno de la República, no obstante, considera que se crecerá este año un 1.8% , pero a como se ve la situación esto serán sólo buenos deseos, pues la carga tributaria que se esperan los empresarios para el 2014 no es ni siquiera algo lógico, antes bien, estiman una salvajada para los sectores productivos.
Amable lector si usted no advierte con santo y seña lo que la recesión tendrá para México, a continuación le presento sus efectos en la sociedad y su explicación puntual de acuerdo con los especialistas.
“En una recesión, se afectan todos los factores productivos por igual: Las empresas, los trabajadores y los técnicos de las mismas; Los consumidores y clientes de los bienes y servicios, sufrirán en mayor o menor grado las consecuencias de las restricciones o pérdidas.
Las medidas que los países pueden implementar para enfrentar una recesión son igualmente dolorosas:
- Despidos o reducción de la fuerza laboral,
- Disminución de los programas productivos con la
consecuente pérdida de competitividad y precios atractivos.
- La demanda sube y la oferta es insuficiente,
- Se pierde el balance y aumenta el costo”.
En sencillas palabras: a nuestro país
le esperan días peores y llenos de desesperanza, porque es evidente que la
economía no mejorará en el corto ni mediano plazo, lo que al final se traducirá
en la profundización de la pobreza, la marginalidad y en el desempleo
lacerante.
@ArmandoBerrones