viernes, 4 de marzo de 2011

LOS ESPEJISMOS DEL DESARROLLO

El reconocido economista y poeta mexicano, Gabriel Zaid, publicó hace 30 años un libro que ha resultado un verdadero improperio para las instancias de gobierno en sus tres niveles.

El documento se titula El Progreso Improductivo y hace una auténtica disección de las bases de una economía sana y altamente efectiva. Releer sus conceptos y contrastarlos con la realidad “ficción” imperante actualmente es quizá un ejercicio intelectual muy masoquista y que ya no quiero continuar. La realidad económica en México es mala, miope, depauperante y si no caigo en acciones hiperbólicas, aun desalentadora.

El autor menciona que muchas de las acciones de gobierno para mejorar las condiciones de vida en el área rural y urbana están desafocadas, mal medidas y peor aún, pensadas.

Afirma que el empleo no es la panacea para crear bienestar social absoluto, sino que es parte de un proceso armonizador, que es necesario redescubrir, además de analizar otras variables sumamente importantes, como lo es el mercado, la capacitación, la pertinencia de un trabajo, entre otras. Esto es, no basta con crear trabajo, sino que éste sea altamente productivo para el mismo gobierno (en tèrminos fiscales) y sobre todo, sociales.

Puntualiza que es imperativo la creación de un esquema de ingreso básico universal adaptado a la circunstancia mexicana, pues, añade: “ un gasto público costoso, aun el dedicado a rubros sociales, no beneficia necesariamente a los pobres y argumenta con claridad las razones por las que la mejor manera de redistribuir seriamente la riqueza es repartir una parte del ingreso nacional como dinero en efectivo –“un mínimo creciente para toda persona, trabaje o no trabaje, por el simple hecho de haber nacido” –, acompañándolo de una oferta pertinente para las necesidades productivas y de consumo de los pobres. “Darle mil pesos en efectivo a una familia en una aldea de Oaxaca, donde no hace falta Metro, ni pasos a desnivel, ni agentes de tránsito, es darle mucho más que mil pesos de servicios urbanos gratuitos en el Distrito Federal.” Entonces, valdría la pena darle dinero a la gente y con ello que se encargue de su propia subsistencia?

Lo anterior lo pongo de relieve porque al reflexionar sobre la economía y ver que, desafortunadamente tras de 5 años de gobierno, èsta acusa signos de debilidad y lentitud enmarcada en una batalla sin cuartel contra la delincuencia organizada. Màs aùn, escuchar a un secretario federal decir que una familia vive “cachetonamente” con un ingreso promedio de 6 mil pesos y además paga colegiaturas, uno no puede más que esbozar una mueca de desaprobación.

No cabe duda que esas declaraciones infantiles y torpes le echan más leña al fuego para un asalto al gobierno, vía electoral y un golpe de timón para el 2012. Sólo es cuestión de esperar.

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