Armando Berrones
En el tema de la
transparencia y rendición de cuentas, la entidad se encuentra en una situación
pobre, chafa e insuficiente. Al menos eso es lo que se desprende de diversos
estudios que se realizan a nivel nacional.
Por ejemplo, a más de dos
años de que se puso en marcha la Ley General de Contabilidad Gubernamental,
sólo tres entidades federativas y 300 de los más de 2 mil 400 municipios han
cumplido con el proceso.
Esto significa que no se han
actualizado debidamente los reportes de deuda, ni se ha generado la información
contable necesaria para determinar la aplicación efectiva de los recursos
públicos.
Cabe añadir que la ley señala
la urgencia de garantizar criterios comunes para el registro de la información
presupuestaria, antes del 31 de diciembre del 2011, los tres niveles de
gobierno tenían que adecuar sus respectivos marcos normativos con los
lineamientos emitidos por el Consejo Nacional de Armonización Contable (Conac),
Cosa que no han hecho. Por
tanto, está claro que los estados y municipios tienen la obligación de
homologar los criterios financieros para facilitar el escrutinio público de los
recursos, sin embargo, sólo el Distrito Federal, Estado de México y Guanajuato
han cumplido a cabalidad con la normativa. En contraste, las otras 25 entidades
registran un cumplimiento parcial y 4 ni siquiera habían reportado avances:
Baja California Sur, Guerrero, Nayarit y Tamaulipas.
Además, puntualiza que en
relación al establecimiento de un Consejo de Armonización Contable en cada
entidad, pieza fundamental para homologar los estatutos financieros de sus
haciendas, 10 estados aún no lo presentan: Coahuila, Baja California Sur,
Durango, Hidalgo, Jalisco, Querétaro, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Yucatán.
De los restantes, 20 ya lo estructuraron y dos más están en proceso.
Como se puede apreciar, es
francamente nula la información que se ha emitido a este organismo que preside
la Secretaría de Hacienda.
No hay razones de peso ni
técnicas para que un estado incumpla con sus obligaciones legales y apegadas a
la transparencia y rendición de cuentas. Esta ley tiene una preeminencia y debe
ser acatada por todos los niveles de gobierno. Quien no lo vea así, entonces le
está apostando a lo de siempre: a la opacidad, corrupción y valemadrismo
institucional.
DOBLE DISCURSO
El presidente Felipe Calderón
criticó la incongruencia de algunos políticos por apoyar con sus dichos las
reformas que el país necesita, pero en los hechos se oponen.
Dijo que “por momentos parece
que hay consenso de cómo modernizar al país; es decir, todo mundo habla con una
gran naturalidad de las reformas que hay que emprender. ¿Dónde está nuestra
falla?”, cuestionó.
Para el Presidente, la falla
está en los políticos. “Sabemos el camino, pero nunca falta quien se niegue, en
los hechos, a recorrerlo (…) No hay correspondencia entre las palabras y los
hechos. O más específicamente, entre las propuestas y los votos en el
Congreso”.
Llamó al Congreso para que en
la última parte de su gobierno piense en las reformas y se derroten “los
miedos, complejos, prejuicios, nacionalismos exacerbados, los mitos políticos,
las faltas de coherencia y de consistencia que se dan en la política mexicana”.
De anterior se colige:
acabemos con los políticos que están despedazando a este país y no permiten su
desarrollo económico.
Digo.
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