Según la
prensa nacional, el ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba fue
detenido en Texas en cumplimiento con algunas requisiciones legales que lo
incriminan en lavado de dinero y lo relacionan con grupos del crimen
organizado.
Ha
trascendido que el día de ayer fue interceptado en su condominio de la Isla del
Padre y de ahí llevado a Houston para que responda por los delitos que se
imputan. Hasta donde se sabe y de acuerdo con el periodista Joaquín López
Dóriga, Yarrington permanece en la ciudad y no podrá salir de ahí en tanto no
se resuelvan las diligencias de rigor.
Las
autoridades de Estados Unidos están resueltas a investigar hasta sus últimas
consecuencias a todos lo que participaron en acciones delictivas y de entrada
ya trabaja en la confiscación de muchos de sus bienes, que a decir de varios,
están a nombre de diferentes personas, a quienes también se les echará el
guante.
Por lo
pronto, el PRI nacional ya marcó su postura al respecto y justamente el
coordinador general de la campaña de Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray sostuvo
hace unos momentos que el tricolor no tiene mucho que decir al respeto, que
serán las autoridades las que determinen el grado de culpabilidad del ex
gobernador.
“No vamos a
defender a alguien que está en esta inexplicable situación, le pedimos al señor
Yarrington que comparezca ante la justicia y que aclare lo que tenga que
aclarar”, dijo.
Y fue más
contundente: “Nos deslindamos de una conducta delincuencial como la que se le
acusa al señor Yarrington”.
Con esas
declaraciones, Videgaray pone los puntos sobre las íes y se desentiende del
caso, porque evidentemente eso dañará al partido y sobre todo, al aspirante a
Los Pinos.
Por su
parte, el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, fijó su
criterio en torno al caso y se lanzó con su peculiar rudeza en contra de los ex
gobernadores:
“Esto es
parte de las consecuencias de querer seguir sosteniendo el mismo “régimen
podrido de corrupción”.
El
tabasqueño en tono molesto como es su personalidad, sostiene que el abanderado presidencial del PRI, Enrique
Peña Nieto, lo mismo le levanta la mano al exgobernador y exdirigente del
tricolor, Humberto Moreira Valdés, y al mismo tiempo le da su respaldo al líder
petrolero, Carlos Romero Deschamps.
“Cuando digo
que un regreso del PRI a la Presidencia de la República sería una tragedia, no
exagero. Sería un retroceso enorme para el país”.
La pregunta
que flota entre la clase política de Tamaulipas… ¿quién sigue, además de
Fernando Cano? ¿Cuántos tuvieron acceso a las triquiñuelas en las obras de
construcción? ¿Seguirá Eugenio Hernández?
Veremos.
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