Sin duda interesante lo que
la periodista Lydia Cacho publicó en su columna de este lunes, pues señala que Aurelio Nuño, un funcionario “muy cercano a
Carlos Salinas”, es en realidad el verdadero autor del libro “México, la gran
esperanza”, documento supuestamente escrito por Enrique Peña Nieto.
Sostiene la escritora que :
“Gracias a las burlas de Peña Nieto en la FIL (Feria Internacional del Libro)
comprendimos que con su incapacidad para articular un discurso medianamente
coherente, demostró que su ‘libro’ no es un ideario, sino el de Carlos
Salinas”.
Y es que para quienes nos dedicamos al
análisis político y económico, esta revelación nos invita a considerar que
efectivamente el mexiquense necesita de alguien con mayor entendimiento de las
tenebras y quien mejor que su padrino, el ex mandatario Carlos Salinas.
Hay que tomar en cuenta que Enrique Peña Nieto
creció a la sombra del ex presidente, quien ayudó de manera importante también
a su antecesor en la gubernatura, Arturo Montiel, por lo que no es de dudarse
que haya necesitado de un escribiente pagado por Salinas para que pergeñara su
obra.
Se dice en los corrillos
políticos que actualmente Aurelio Nuño es coordinador de Difusión de la campaña
de Enrique Peña Nieto.
CASTIGO EJEMPLAR
Tras el sometimiento impuesto
por los priistas a Felipe Calderón, presidente de México, luego de que éste
emitiera una declaración en donde señalaba que sólo 4 puntos de ventaja tenía
el precandidato del PRI, Enrique Peña Nieto sobre Josefina Vázquez Mota, rumbo
a la contienda del 1 de julio, la dirigencia tricolor está decidida a llevar a
fondo su petición de que se castigue al presidente del Empleo por estar
metiéndose en el proceso electoral.
Y es que sin llegar a ser
palero, ni adherente, menos partidista, la pifia cometida por el presidente
Calderón es muy clara y precisa un castigo o apercibimiento de la autoridad
electoral.
No es un asunto menor, puesto
que el primer mandatario es una voz sumamente importante al ostentar el Poder
Ejecutivo de la Nación. Valdría la pena
sentar un precedente y hacer respetar la veda electoral en el país.
Al margen de filias o fobias,
insisto, la ley debe ser respetada en su exacta dimensión, si Calderón en su
carácter de ejercer su derecho de expresión, viola el derecho electoral,
entonces todos los ciudadanos también violaremos la ley para que esto sea un
buen despiporre.
No es suficiente decir que el
presidente hizo uso de su libertad de expresión… hay que buscar otras evasivas
más inteligentes.
Debemos esperar las sanciones
que la autoridad en la materia emita sobre ese desliz…
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