Nuestra entidad federativa
tiene un problema muy grande: no la conocen en el extranjero, salvo si aparecen
problemas relativos a la delincuencia y la cauda de muertos que trae consigo. A
esta conclusión he llegado tras largas horas de búsqueda por internet en
diferentes países como España, Francia, Alemania y otros; he analizado el
material informativo que los distintos medios de comunicación en esos países
del primer mundo tienen y Tamaulipas, virtualmente no existe. Aún más, si
desapareciera de la faz de la tierra, no pasaría nada.
Es lastimoso dar con tan
cruda realidad, pero más triste es que no se haga algo para remediar la
situación, porque está visto que todos los días los ciudadanos enfrentamos las
consecuencias de la guerra declarada contra los grupos delictivos por parte del
gobierno federal que encabeza Felipe Calderón Hinojosa.
Sólo quiero ver que un día no
se reporten balaceras, coches bomba y heridos por doquier, que, aunque haya un mutismo
mediático, éste no llega a las redes sociales, cuyo valor y capacidad de
transmitir mensajes son francamente prodigiosos.
El gobierno del Estado por
más esfuerzos que hace para enfrentar este mal, de plano no puede con el
paquete, al menos esa es la percepción ciudadana.
Justamente, el columnista
Julio Hernández, del periódico La Jornada hoy dedica parte de su trabajo a
referir lo que sucedió en Nuevo Laredo, donde se dieron enfrentamientos, con
los saldos rojos que se han difundido a nivel nacional y como digo,
internacional.
Si usted, amable lector,
quisiera enterarse de lo bueno que tiene Tamaulipas en el mundo, le quiero
ahorrar el trabajo, porque en realidad no hay nada digno de celebrar.
La corrupción es la divisa
que identifica a la entidad, pues el caso del ex gobernador Tomás Yarrington
Ruvalcaba, quien es acusado en Estados Unidos por sus nexos con la delincuencia
organizada es lo que figura en la actualidad.
Ya no hablemos del aspirante
al Senado por parte del PRI y quien también fue gobernador Manuel Cavazos
Lerma, ya que está bajo investigación por actos deshonestos y no obstante, él
quiere seguir en la política envuelto en el fuero constitucional, aunque a su
alrededor, la irritación por su candidatura aumente a pasos agigantados.
En suma, si usted busca algo
diferente, se va a dar de golpes contra la pared, porque definitivamente no se
tiene mucho que presumir.
Ojalá que pronto esta
tendencia sea revertida en la nueva administración estatal, que para eso está y
que a la alimón, ofrezca un mejor panorama para la inversión productiva y la
generación de empleos que tanto se requieren.
Twitter
@ArmandoBerrones
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