EL INTERÉS TIENE PIES

Decía el viernes que algo estaba pasando en el PAN porque son muchos los que le apostaban al triunfo de Josefina y ahora le están dando la espalda y encuentran bellezas donde había suciedad. Ese cambiazo tan fortuito debe tener una explicación política que nos deje a todos satisfechos. ¿será acaso lo que señalaba hace algunos años el escritor español Pío Baroja: “La política es un juego sucio de compadres” y  la sentencia que añadirle que en otras palabras, mientras me convenga, yo me alío a quien se le ve más madera, pero sobre todo, la estrella del triunfo en el mediano plazo.

Tal pareciera que los panistas están pagando su noviciado, fu falta de sensibilidad y desapego con los tamaulipecos, pues a decir de algunos, la gente ya no quiere saber más de Acción Nacional y ahora busca otras opciones, que no quiere decir que sean las mejores, pero ese por lo menos muchas veces se antepone a sus comentarios políticos. No deja de sorprender cómo las huestes albiazules o las que eran, comienzan a separarse del partido y encuentran cobijo en el grupo priista, ese que encabeza las preferencias a nivel nacional. Las encuestas siguen poniendo en la delantera a Enrique Peña Nieto, seguido de Andrés Manuel López Obrador, quien está en el cierre trepidante y no dude, amable lector o lectora, que habrá una contienda de pronóstico reservado.

El punto es que, además de los 80 militantes que tenía el PAN en el sur del estado y que ya se le escaparon, ahora sale uno más, quien aunque no es propiamente albiazul, sí llegó a la alcaldía de Río Bravo con esas siglas y se trata Juan Diego Guajardo Anzaldúa. El munícipe ha dicho que considera mejor las propuestas y el trabajo que viene desarrollando el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, por lo que se unirá a ese organismo político.

Observa que por el lado de los candidatos a senadores y diputados se está trabajando bien, en particular destaca la labor de Gabriel de la Garza, quien va por el distrito que comprende la cabecera municipal.

En suma, hay que unirse al puntero, porque nos depara muchas canonjías.

Lo digo, mientras convenga, lo demás es lo de menos.