No son pocos
los comentarios y quejas que escucho de extremo a extremo de la geografía
tamaulipeca con respecto a la inseguridad que priva y que mantiene a la
población sumamente preocupada de su futuro.
Sin duda que todo ello hace pensar en la labor de inteligencia y
contención – si es que existe—de las autoridades estatales contra este flagelo
delicuencial no es precisamente la mejor y mucho menos nos inspira a pensar en
que las cosas tenderán a mejorar.
Digamoslo claro, Tamaulipas es una entidad fallida, con
grupos sociales y políticos bien
identificados con la criminalidad, en donde el delito del secuestro sigue
siendo el principal problema al que enfrentan los cuerpos policiales, los
cuales hacen cómo que hacen y son soterradamente parte del conflicto en
mención.
Bástenos un
botón de muestra: De acuerdo con cifras del Consejo Ciudadano para
la Seguridad Pública y la Justicia Penal, la capital del Estado, Ciudad
Victoria, la joya de la Corona, aparece como uno de los municipios más impunes
de México, ya que durante el 2013 se
reportaron 36 secuestros, pero no hubo castigo para nadie. Este panorama también se presentó en las
alcaldías de Hidalgo del Parral, Chihuahua; Iguala, Guerrero, ambas
registraron
La primera
cuatro plagios y la segunda, de las cuales ninguna recibió una sentencia, en
otros términos, pura impunidad. La pregunta obligada en estos menesteres… ¿qué
hace el gobierno cuya responsabilidad inaplazable es procurar condiciones de
bienestar de sus gobernados? ¿Te haces de la vista gorda, con un discurso
cantinflesco o de plano, eres cómplice de la rampante inseguridad?
Continúo con
los números : de los municipios con el más alto índice de impunidad de este
ilícito(homicidios dolosos, el cual generalmente se comete tras la privación
ilegal de la libertad) se encuentran San Pedro, Coahuila, con 20 homicidios y
una condena; en Cuernavaca, Morelos, en el 2013 se reportaron 270 asesinatos y
hubo sólo 14 condenas; en Nuevo Laredo, Tamaulipas, se perpetraron 288
homicidios y 16 condenas; Ciudad Victoria, Tamaulipas, tuvo 126 homicidios y
nueve condenas; Culiacán, Sinaloa, tiene una tasa de castigo de 11.48 condenas
por cada 100,000 habitantes, pues se cometieron 549 asesinatos, de los cuales
hubo 63 condenas.
Sin con
estas cifras y los múltiples acontecimientos trágicos que se refieren, se sigue
asumiendo una postura comodina y apegada a una burbuja, pocas serán las
esperanzas que debemos abrigar para que se establezca un auténtico Estado de
Derecho.
Es tiempo de
actuar en consecuencia, pues cabe decir que por lo pronto ya se detectaron
grupos de autodefensa en los municipios de Hidalgo, Mainero y Villagrán. Si
esto no es el resultado de la inoperancia del gobierno en turno, entonces…¿será
derivado de la presencia en Tamaulipas de marcianos indolentes?
¡Atención,
autoridades!, porque el problema se podría salir de control como lo afirma el
director de Human Rights Watch para América Latina, José Miguel Vivanco, quien asegura que los
grupos de autodefensa son incontrolables y peligrosos para el país… y el
Gobierno de México está reaccionando de forma incorrecta.
Por
cierto, las declaraciones festivas y descabelladas del ex gobernador de
Tamaulipas, Manuel Cavazos Lerma de que los grupos de autodefensa son
bienvenidos, no abonan mucho a la solución del problema; antes bien, son un
escarnio a la opinión pública.
¡Pónganse a jalar, no!
@ArmandoBerrones
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