La cachaza es un vocablo que
señala con toda y meridiana claridad lo que está sucediendo en torno al
homicidio del ex candidato del PRI a la
gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú.
Han pasado muchos meses desde
que esta dependencia atrajo la investigación para dar con los responsables de
ese ominoso acontecimiento y estamos como al principio: sin ninguna pista de
los autores materiales e intelectuales.
El hermano del extinto
político, Egidio Torre Cantú, en su calidad de gobernador ha exigido en reiteradas ocasiones que se
esclarezca el por qué y quiénes estuvieron inmiscuidos en el asesinato, porque
la sociedad lo demanda y estaría verdaderamente satisfecha por conocer la
verdad de los hechos que entristecen sobremanera a la familia del ex secretario
de Salud en el gobierno de Eugenio Hernández Flores.
Justamente ayer, en ocasión
del natalicio 48 del doctor Torre, diversas personalidades se reunieron en el
comité directivo estatal del PRI para recordarlo como un gran político que
tenía ideales y deseos de cambiar la faz de Tamaulipas. Un hombre sensible y
provisto de las mejores y finas intenciones por elevar la calidad de vida de
los tamaulipecos.
Hoy en la prensa nacional se
dice que la DEA está guardando un mutismo ensordecedor sobre el caso, que, como
recordaremos, tuvo un viraje importante al señalar esta misma dependencia
extranjera que el ex gobernador Tomás Yarrington habría tenido alguna
participación. Hasta hora, sólo son cabos sueltos que no nos llevan a un resultado
serio y profesional.
Ojalá pronto tengamos la
verdad jurídica, apegada a una realidad creíble y particularmente inteligente
de las averiguaciones que se realizan y que finalmente esa política de dar
largas y largas sea depuesta en función del interés nacional.
De acuerdo con la PGR, las
investigaciones en contra de los ex gobernadores de Tamaulipas siguen su curso
y la dependencia puso en claro que en ningún momento se violó la secrecía en
torno a ellas.
Lo importante de todo ello,
insisto, es que se aplique la ley, caiga quien caiga y se haga justicia.
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